Carolina no sabía cómo manejar la situación, lo que había
vivido era tan fuerte que no podía sacarlo de la mente. Ese hombre lisiado que
parecía tan duro, en realidad había sido tan dulce con ella que quedó
desconcertada. Lo que sentía por él era limpio y puro, pero sabía por
experiencia que esas historias nunca terminaban bien. Mientras esperaba que su
hija saliera de la pileta su cabeza volaba hasta esa noche mágica. Tenía aún en
la piel la sensación de sus manos recorriéndola y acariciando cada rincón de su
cuerpo. Un escalosfrío para los sentidos fue para ella.
Cuando se fue, ella se quedó envuelta en las sábanas rogando
que no desapareciera de su vida, como ocurrió tantas veces con otros hombres. Pero
era distinto, presentía que era especial ese hombre, pero que escondía algo, en
un momento ella le miró a los ojos y vio como ese hombre se despojaba de sí
mismo para dar paso al verdadero hombre que había detrás de ese ser duro y
distante.
Vio su alma.
El sonido del celular la despertó del ensueño. Temblando comenzó
a buscar el aparato en su bolso y rogando que no corte antes de tomarlo.
— ¿Hola? —dijo entrecortadamente por la ansiedad.
— ¡Hola! —respondió el hombre amigablemente.
—Ufff, pensé que no llamarías nunca.
—Jaja, ¿Cómo no te iba a llamar?, te dije que en cuanto me
desocupara de unos asuntos pendientes me contactaba con vos.
—Es que tenía miedo que desaparecieras —dice casi sollozando
la mujer.
—No te preocupes, en un par de días vuelvo y hablamos.
—Camila pregunta por vos —le largó como una bala, a las
cuales el hombre estaba acostumbrado a disparar, pero no a esquivar.
—Yo también la extraño dijo riendo.
—Parece que las dos te extrañamos —le espetó sin ningún tipo
de freno a la ansiedad en su voz.
El hombre esperó unos segundos antes de contestar, solo se
escuchaba la respiración agitada de la mujer del otro lado del celular.
— ¿Hablamos cuando vuelva? —se lo preguntó casi con timidez.
—Está bien, en la cena será, cuando vuelvas. Me compré un
vestido pensando en vos
—Yo te compre uno aquí —y la risa de los dos apagó la
ansiedad.
—Nos vemos en un par de días, te aviso apenas llegue allá.
El hombre cortó la comunicación, aunque dejó unos segundos
el celular sobre su oreja, como queriendo escuchar aún la voz.
Ella guardó su celular, una lágrima cayó sobre su bolso y
mientras buscaba un pañuelo para que su hija no viera las lágrimas.
—Te amo —dijo suavemente, pensando en él.
QUE BELLO LEER LO ROMANTICO Y LO SENSUAL MEZCLADO CON LA INTRIGA, EN LOS CAPITULOS QUE ESCRIBIS... NUNCA MEJOR DESCRIPTO EL SENTIMIENTO... COMO ESCRITOR DEBES SABER MUY BIEN LO QUE SIENTEN SERES QUE SE EXTRAÑAN, YA QUE PLASMAS EN LAS LETRAS LO MAS PURO DEL SER.... GRACIAS. BESOS GABRIEL
ResponderEliminarSE MUY BIEN LO QUE SE SIENTE EXTRAÑAR A QUIEN ESTA LEJOS, GRACIAS POR PASAR
Eliminarque extraño es el amor a veces . nos lleva por caminos que nunca hubieramos elegido si se nos diera a elegir ! dulce capitulo ! Un abrazo !
ResponderEliminarLOS CAMINOS DEL AMOR SON INSONDABLES, GRACIAS POR PASAR
Eliminarque buen capitulo seguí escribiendo y que podamos deleitarnos con tus escrito, gracias gabriel
ResponderEliminarGRACIAS POR PASAR
Eliminarhola gabriel. soy de esquel, te leo siempre, que lindo lo que escribis, ojala algun dia te pueda conocer
ResponderEliminarGRACIAS POR PASAR
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