Se bajó
del avión y sintió todo el golpe del calor de Buenos Aires, la mano transpiraba
en el bastón. Su investigación le llevó a la gran ciudad para averiguar sobre
una sospecha que tenía.
Tomó su
celular e hizo una breve llamada, mientras esperaba un taxi recordó la noche en
donde el perseguido fue él. Ciertos detalles le daban vueltas en la cabeza.
Se
hospedó en un hotel cerca de San Telmo, el dinero era lo de menos, necesitaba
comodidad para descansar y pensar.
Luego
de ducharse y comer algo en el hotel salió a la calle y caminó hasta una plaza
cercana, mientras caminaba hasta ahí se maravilló con las vidrieras de las
tiendas de antigüedades.
Compró
un agua mineral y sentado en un banco a la sombra de unos árboles esperó a su
contacto.
Cuando
lo vio llegar sonrió, tenía el mismo andar bonachón que hacía cinco años atrás,
su cara transpirada por el calor brillaba como las lámparas antiguas que vio en
los negocios cercanos.
Cuando
llego a él, se miraron unos segundos y se abrazaron con lágrimas en los ojos.
—Pensé
que jamás volvería a verte — le dice riendo y dándole palmadas en la espalda.
—Yerba
mala nunca muere —le contesta riéndose a carcajadas.
—Vení,
vamos a tomar una cerveza enfrente —le invita el porteño.
Se
sienta y el viejo compañero de armas pide unas cervezas y una pizza a la
provenzal.
—Te
acordás de mis gustos todavía eh.
—Perro
viejo nunca cambia le contesta.
—Vos siempre con la remera de la Legión jaja. Che decime
en que quilombo andas ahora. Pensé que después de lo que pasó aquella vez ibas
a desaparecer para siempre. Ah leí tu libro, interesante. Casi pude
sentir la frustración del detective.
—jaja
—ríe atragantándose con la cerveza, lo que pasa es que tengo mucha imaginación.
—
¿Sabías que el tipo aún te sigue buscando? No se trago lo de la explosión del
barco.
—Si lo
sé, todos los años le mando una tarjeta para navidad.
—No
cambias más vos.
—Cambiando
de tema, necesito tu ayuda. Sé que como comisario tendrás muchos expedientes de
asesinatos sin resolver. Quiero que me consigas uno en particular.
—A ver
contame el tema.
—Cuerpos
descuartizados sobre su cama, hombres solteros, posible asesino una mujer.
—Dejame
pensar un poco.
Ambos
comen de la pizza que rápidamente les habían servido.
—Como
extrañaba la pizza de baires —dice suspirando el asesino mientras mira a su
alrededor.
—Y mientras
pensás, contame porque tenés a un tipo en aquella mesa observándonos.
— ¡Qué
hijo de puta que sos, no se te escapa nada eh!
—Son
años Luis, son años.
—Después
de tanto tiempo inactivo imaginé que si venías era o porque estás hasta las
manos, o yo estoy hasta las manos.
—Decile
que se vaya, no es con vos la cosa negro. Sabes que sos la familia que no tuve.
—Lo sé,
pero sabiendo tu profesión y la mía, nunca se sabe cuando alguien te ponga la
guita grosa y vengas por mí —dice mirándolo a los ojos pidiéndole perdón con la
mirada.
El
hombre le hace una seña al que los miraba y este se va de la misma forma que
apareció, de la nada.
— ¿Lo
entrenaste vos? —le pregunta pensativo.
—No
jaja, este es como vos, venía así ya, yo solo le limé las asperezas.
—Bueno,
decime que sabés de eso.
—Mirá
acá tuvimos mucho despelote con un caso parecido a lo que me dijiste. Hace diez
años más o menos creo. Tendría que fijarme, pero es así como lo describís, la
conclusión que llegamos es que tenía conocimientos de anatomía, al estilo
cirujano, los cortes en los cuerpos eran limpios. La mayoría de los crímenes
que se ven de ese estilo no son premeditados. Encontras los cuerpos casi
serruchados, ante la falta de experiencia se nota por los intentos de tratar de
cortar por las articulaciones, como cuando cortas un pollo y le errás. ¿Viste
que quedan casi desmenuzados?
—Sí, me
ha pasado. ¿Y que pasó?
—Nada,
rajaron a un par de forenses por errarle en los informes de las autopsias.
Corrió sangre aquella vez, el jefe estaba que trinaba. Porque uno de los tipos
asesinados era su sobrino.
—ah
mira vos.
— ¿Che
y cuantos liquidó el asesino?
—La
asesina —le corrige.
— ¿Así
que vos pensás que era una mina?
—Sí, al
principio pensaban que era un homosexual, la mayoría de los crímenes de ese estilo
tienen dos tipos de perfil psicológico, o es homo o es mujer. Yo me tiré para
ese lado.
— ¿Se
llevaba trofeos?
—Creo
que no, pero mañana me fijo en los expedientes. Quedó guardado como ya sabés.
¿Querés una copia?
—Eso me
alegraría el día negrito.
— ¿Cuánto
tiempo te quedás? —le pregunta mientras pide otra pizza y otra ronda de
cervezas.
—No lo
sé. El necesario, como siempre.
—A
Gabriela le gustaría verte y los chicos seguro que se ponen como locos si saben
que estás acá.
—Mirá
Luis, prefiero que esta visita sea profesional, no quiero levantar sospechas
alrededor tuyo —le dice mientras mira a su alrededor preocupado.
—Jaja,
no te preocupes maricón, en unos meses me ascienden a jefe, seré intocable en
la Side.
— ¡Qué pedazo
de turro! Dejaste para el final contarme eso, siempre con las sorpresas vos. Así
que te vas a la side, a pinchar teléfonos jaja. Te felicito che, te lo merecés
y yo también jaja.
—Pensé
que estabas retirado.
—Nunca
se sabe, nunca se sabe.
La
cerveza les iba aflojando la lengua y se sentían más distendidos. Hacía años
que eran amigos, varias veces le salvó la vida al policía cuando eran jóvenes y
él siempre le retribuyó pasándole datos y avisándole cuando era investigado.
Los dos
tenían profesiones peligrosas, pero el comisario sabía que el solo asesinaba a
personas que no merecían vivir. A veces es necesario mirar a otro lado.
—Ah me
olvidaba, ¿Me lo firmás? —le dice mientras saca un libro de su cartera.
—Jaja
no cambiás más negrito —le contesta entrecortado por la risa mientras saca una lapicera
para firmarle “Asesino”, su libro.
—Avísame
cuando tengas el expediente —le dice mientras lo abraza.
—Claro,
no te preocupes, yo pago el almuerzo, la próxima pagas vos.
Toma su
bastón y con esfuerzo camina de regreso por el mismo camino que tomo, da varias
vueltas para asegurarse que nadie lo sigue hasta el hotel.
El comisario
al verlo doblar en una esquina saca su teléfono y hace una llamada.
—Esta
aquí —solo dice eso y corta la llamada.
hasta dan ganas de investigar tratando de sacar concluciones de como va a seguir ! como siempre atrapante . un abrazo
ResponderEliminarY LAS CONCLUSIONES SIEMPRE SERAN ERRADAS, LOS PERSONAJES VIVEN LA HISTORIA, EL AUTOR SOLO LAS RELATA, GRACIAS POR PASAR
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