lunes, 5 de noviembre de 2012

10° CAPITULO



Se bajó del avión y sintió todo el golpe del calor de Buenos Aires, la mano transpiraba en el bastón. Su investigación le llevó a la gran ciudad para averiguar sobre una sospecha que tenía.
Tomó su celular e hizo una breve llamada, mientras esperaba un taxi recordó la noche en donde el perseguido fue él. Ciertos detalles le daban vueltas en la cabeza.
Se hospedó en un hotel cerca de San Telmo, el dinero era lo de menos, necesitaba comodidad para descansar y pensar.
Luego de ducharse y comer algo en el hotel salió a la calle y caminó hasta una plaza cercana, mientras caminaba hasta ahí se maravilló con las vidrieras de las tiendas de antigüedades.
Compró un agua mineral y sentado en un banco a la sombra de unos árboles esperó a su contacto.
Cuando lo vio llegar sonrió, tenía el mismo andar bonachón que hacía cinco años atrás, su cara transpirada por el calor brillaba como las lámparas antiguas que vio en los negocios cercanos.
Cuando llego a él, se miraron unos segundos y se abrazaron con lágrimas en los ojos.
—Pensé que jamás volvería a verte — le dice riendo y dándole palmadas en la espalda.
—Yerba mala nunca muere —le contesta riéndose a carcajadas.
—Vení, vamos a tomar una cerveza enfrente —le invita el porteño.
Se sienta y el viejo compañero de armas pide unas cervezas y una pizza a la provenzal.
—Te acordás de mis gustos todavía eh.
—Perro viejo nunca cambia le contesta.
—Vos siempre con la remera de la Legión jaja. Che decime en que quilombo andas ahora. Pensé que después de lo que pasó aquella vez ibas a desaparecer para siempre. Ah leí tu libro, interesante. Casi pude sentir la frustración del detective.
—jaja —ríe atragantándose con la cerveza, lo que pasa es que tengo mucha imaginación.
— ¿Sabías que el tipo aún te sigue buscando? No se trago lo de la explosión del barco.
—Si lo sé, todos los años le mando una tarjeta para navidad.
—No cambias más vos.
—Cambiando de tema, necesito tu ayuda. Sé que como comisario tendrás muchos expedientes de asesinatos sin resolver. Quiero que me consigas uno en particular.
—A ver contame el tema.
—Cuerpos descuartizados sobre su cama, hombres solteros, posible asesino una mujer.
—Dejame pensar un poco.
Ambos comen de la pizza que rápidamente les habían servido.
—Como extrañaba la pizza de baires —dice suspirando el asesino mientras mira a su alrededor.
—Y mientras pensás, contame porque tenés a un tipo en aquella mesa observándonos.
— ¡Qué hijo de puta que sos, no se te escapa nada eh!
—Son años Luis, son años.
—Después de tanto tiempo inactivo imaginé que si venías era o porque estás hasta las manos, o yo estoy hasta las manos.
—Decile que se vaya, no es con vos la cosa negro. Sabes que sos la familia que no tuve.
—Lo sé, pero sabiendo tu profesión y la mía, nunca se sabe cuando alguien te ponga la guita grosa y vengas por mí —dice mirándolo a los ojos pidiéndole perdón con la mirada.
El hombre le hace una seña al que los miraba y este se va de la misma forma que apareció, de la nada.
— ¿Lo entrenaste vos? —le pregunta pensativo.
—No jaja, este es como vos, venía así ya, yo solo le limé las asperezas.
—Bueno, decime que sabés de eso.
—Mirá acá tuvimos mucho despelote con un caso parecido a lo que me dijiste. Hace diez años más o menos creo. Tendría que fijarme, pero es así como lo describís, la conclusión que llegamos es que tenía conocimientos de anatomía, al estilo cirujano, los cortes en los cuerpos eran limpios. La mayoría de los crímenes que se ven de ese estilo no son premeditados. Encontras los cuerpos casi serruchados, ante la falta de experiencia se nota por los intentos de tratar de cortar por las articulaciones, como cuando cortas un pollo y le errás. ¿Viste que quedan casi desmenuzados?
—Sí, me ha pasado. ¿Y que pasó?
—Nada, rajaron a un par de forenses por errarle en los informes de las autopsias. Corrió sangre aquella vez, el jefe estaba que trinaba. Porque uno de los tipos asesinados era su sobrino.
—ah mira vos.
— ¿Che y cuantos liquidó el asesino?
—La asesina —le corrige.
— ¿Así que vos pensás que era una mina?
—Sí, al principio pensaban que era un homosexual, la mayoría de los crímenes de ese estilo tienen dos tipos de perfil psicológico, o es homo o es mujer. Yo me tiré para ese lado.
— ¿Se llevaba trofeos?
—Creo que no, pero mañana me fijo en los expedientes. Quedó guardado como ya sabés. ¿Querés una copia?
—Eso me alegraría el día negrito.
— ¿Cuánto tiempo te quedás? —le pregunta mientras pide otra pizza y otra ronda de cervezas.
—No lo sé. El necesario, como siempre.
—A Gabriela le gustaría verte y los chicos seguro que se ponen como locos si saben que estás acá.
—Mirá Luis, prefiero que esta visita sea profesional, no quiero levantar sospechas alrededor tuyo —le dice mientras mira a su alrededor preocupado.
—Jaja, no te preocupes maricón, en unos meses me ascienden a jefe, seré intocable en la Side.
— ¡Qué pedazo de turro! Dejaste para el final contarme eso, siempre con las sorpresas vos. Así que te vas a la side, a pinchar teléfonos jaja. Te felicito che, te lo merecés y yo también jaja.
—Pensé que estabas retirado.
—Nunca se sabe, nunca se sabe.
La cerveza les iba aflojando la lengua y se sentían más distendidos. Hacía años que eran amigos, varias veces le salvó la vida al policía cuando eran jóvenes y él siempre le retribuyó pasándole datos y avisándole cuando era investigado.
Los dos tenían profesiones peligrosas, pero el comisario sabía que el solo asesinaba a personas que no merecían vivir. A veces es necesario mirar a otro lado.
—Ah me olvidaba, ¿Me lo firmás? —le dice mientras saca un libro de su cartera.
—Jaja no cambiás más negrito —le contesta entrecortado por la risa mientras saca una lapicera para firmarle “Asesino”, su libro.
—Avísame cuando tengas el expediente —le dice mientras lo abraza.
—Claro, no te preocupes, yo pago el almuerzo, la próxima pagas vos.
Toma su bastón y con esfuerzo camina de regreso por el mismo camino que tomo, da varias vueltas para asegurarse que nadie lo sigue hasta el hotel.
El comisario al verlo doblar en una esquina saca su teléfono y hace una llamada.
—Esta aquí —solo dice eso y corta la llamada.





2 comentarios:

  1. hasta dan ganas de investigar tratando de sacar concluciones de como va a seguir ! como siempre atrapante . un abrazo

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    1. Y LAS CONCLUSIONES SIEMPRE SERAN ERRADAS, LOS PERSONAJES VIVEN LA HISTORIA, EL AUTOR SOLO LAS RELATA, GRACIAS POR PASAR

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